Olorcito
a pasto y superficie barrosa, era un día nublado luego de una lluvia en San
Isidro, a uno metros de la avenida Márquez está el San Isidro Club (SIC) que se
prepara para vivir una jornada de
fiesta. Se juega El Clásico del rugby porteño: el SIC juega contra su
archirrival Club Atlético de San Isidro (CASI). Al club fui desde
temprano, antes del mediodía, porque
antes de la primera jugaban las Pre-intermedia y la Intermedia. A esas horas
todo estaba muy tranquilo, poca gente, muchos amigos y caras conocidas pero no
llegaba la multitud y no había ese ruido a cancha llena. Para cuando estaba
llegando a su fin el partido de la intermedia, ya nadie miraba para la cancha 2
donde los segundos equipos de ambos clubes jugaban. La mayoría sacrificábamos ver
el final de la Inter en el que el SIC le ganaba al CASI por guardarnos un
lugarcito de cara a la cancha 1. La cancha
principal brillaba, el pasto verde era como un colchón que invitaba a acostarse
en él, aunque con marcas pintadas producto de la televisación del partido. Eran
las 15, las cámaras y cables de ESPN dando vueltas, atrás de las haches locales las divisiones
menores, atrás de las haches visitantes la hinchada del CASI, que había llegado
a Boulogne con bombos y platillos. Esa banda hace silencio cuando hace su
aparición la banda militar con sus uniformes impecables y sus trompetas. Llegan los equipos a la
cancha entre aplausos y gritos, se sacan fotos, realizan procedimientos de protocolo
y se disponen en fila para cantar el himno interpretado por la banda.
Todo
listo en el SIC, 15 contra 15 y arrancó el partido. Mucho nerviosismo e
imprecisiones por parte de ambos en el arranque. El marcador se abre con
Benjamín Madero (Capitán del SIC) que convierte un penal y así, penal para uno
penal para otro, entre duros tackles el partido se pone 6 a 6. En eso el CASI
rompe por el centro del campo la defensa de los locales y todos corren hacia la
pelota que fue pateada hacia el in goal, cuando un jugador del CASI logra
apoyarla antes de la línea de touch. La jugada fue dudosa, el público muy
nervioso y el referee pide ayuda a la tecnología audiovisual para corroborar la
jugada. Luego de 1 minuto convalida el try y el CASI pasa a ganar 13 a 6. Se
agrandaba la diferencia y el SIC sufría infracciones en el scrum, penales en
contra y hasta erraba sus propias chances de marcar. Sin embargo, Madero fue
afinando su puntería y pudo acertar 2 penales más que ponía las cosas muy parejas:
13 a 12 ganaba el equipo visitante. Restando menos de 5 minutos, el SIC a fuerza
de tackle y scrum se acerca a las haches contrarias. La gente de desespera, los
jugadores más aun, unos quieren defenderse con uñas y dientes y otros quieren
conservar la pelota hasta marcar puntos. Los forwards del SIC la tenían
controlada muy cerca de la línea de in goal pero ya se presentía la intención:
Santiago Mendez (medioscrum) dirige a sus ‘gordos’ hacia el centro del campo
hasta donde le queda cómodo para pasársela a su capitán que patea la pelota de sobrepique para que el SIC pase a ganar 15 a 13. Los pocos minutos que quedaban no
cambiaron las cosas y los dueños de casa se quedaron con el partido. Muchos se
acordaron de la última final donde el SIC se consagró campeón frente a Alumni
con drop de Madero sobre el final.
Finalmente
todo fue alegría para el San Isidro Club, la gente de a poco empezaba a salir
de las tribunas y los jugadores locales con sonrisas en la cara saludaban a sus
amigos, conocidos y daban testimonios. 5.30 de la tarde y se empiezan a
alistar las cosas para el 3er tiempo que promete mucho. El SIC se quedó con el Clásico,
ninguno de los 2 brillo por su juego pero el espectáculo fue único y la tarde
de rugby fue magnífica.
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